El presente y el futuro de las ciudades pasa por comunicar desde sus respectivas marcas. Las ciudades deben comunicar afectividad para ser efectivas. Comunicar los tangibles es lo que se viene haciendo desde tiempos inmemoriales, lo novedoso es conseguir comunicar los intangibles. La clave del éxito para las ciudades (que somos todos) se basa en impulsar los valores de la convivencia que aportan bien común, desarrollo económico y social y mejora la calidad de vida de los ciudadanos.
Extraigo esta conclusión desde mi experiencia en la comunicación municipal durante 16 años. Siempre tuve claro que la creación e impulso de una marca de ciudad era la mejor comunicación externa e interna porque ahorra costes, reduce la fuga de esfuerzos y genera unidad de acción.
Empecé como Dircom y me convertí en un brandmanager sin saberlo, porque la marca es la mejor fórmula para la conexión integral, permanente y económicamente viable con los ciudadanos. Una marca consensuada (por todos) y muy relacional ofrece credibilidad y genera confianza.
El branding para las ciudades tiene un efecto inmediato: aumenta la autoestima (intangible) y hace crecer el valor de los tangibles (precio de suelo para viviendas, empresa, industria, provoca mejoras turísticas, nuevas infraestructuras…..). Por consiguiente, es una línea de trabajo comunicativo efectivo a medio plazo que promueve la mejor imagen de la ciudad, que, en muchas ocasiones, ha estado oculta por gestiones cegatas durante décadas.
Francisco Bernal